Categorías
aceptarse homosexual creyentes LGTB Gay homosexual Lesbianas Mayores salir del armario sexualidad Sin categorizar Visibilidad

EL PROCESO DE ACEPTARSE HOMOSEXUAL

    Hoy quiero exponer un punto de vista sobre el proceso por el que pasamos hasta aceptar la propia homosexualidad.
    Dado que vivimos en una sociedad heteronormativa, es decir, que presupone la heterosexualidad de todos sus miembros en tanto no digan lo contrario, asumirse como heterosexual no es algo consciente en las personas concernidas. Sin embargo, asumir la homosexualidad es más dificultoso. Que en el entorno, todos –o la mayoría de las personas- suelen ser heterosexuales, es quizás el menor de ellos.
    Más importancia tiene que ya desde la infancia, antes de comprender que existe la orientación sexual, hemos escuchado llamar a alguien “marica” o “marimacho”. Por el contexto aprendemos de entrada que esas palabras son despreciativas, y luego, que describen a las conductas que no se consideran propias del género correspondiente. Y aunque no sepamos exactamente por qué, hemos notado como el agresor se sitúa por encima del agredido, al que le hizo saber su desprecio. Así, muy temprano en la vida, se van asumiendo los valores homófobos que tiene la sociedad, es decir, se internaliza la homofobia.


    Es bastante común en entrevistas a homosexuales adultos, que cuenten que desde pequeños ya se sentían diferentes de los demás. Sin embargo, no siempre quienes se han sentido diferentes de niños, han sido homosexuales de adultos, pues aunque en menor proporción, muchos de ellos se han orientado luego hacia la heterosexualidad. También ocurre que peques sin esa sensación se identifican homosexuales en la edad adulta.
    A medida que crecemos, llega un momento en que los jóvenes empiezan a tomar conciencia de las señales sexuales que emite el mundo que los rodea. Al escuchar las charlas de sus compañeros, algunos pueden asociar lo que sienten con lo que han escuchado acerca de la homosexualidad y pueden quedarse por un tiempo confundidos. También puede ocurrir que se sientan excitados por personas de cualquier sexo.
    Dado que ha presenciado insultos hacia quienes se tenía por no heterosexuales, la persona en cuestión, puede negar la propia homosexualidad y evitar situaciones en las que quedaría más patente la diferencia de su conducta con la de sus colegas en la misma situación. O que elija actividades vinculadas especialmente al género al que pertenece, un deporte rudo los chicos, o la danza las chicas, por ejemplo, con la esperanza de ser tomado como uno más del grupo, intentando evitar que sospechen de ella.

    Desde luego, hay casos en que la persona acepta rápidamente que es distinta, e incluso, tiene tanta conciencia de su homosexualidad que prefiere desafiar al entorno afirmando los propios deseos contra viento y marea aunque sufra discriminación por ello.
    La mayoría de las personas se dan tiempo para aceptar su homosexualidad, pudiendo recurrir al mecanismo de disociar lo afectivo de lo sexual. Al no centrar en una única relación ambas facetas, ganan tiempo para posponer la aceptación. Las chicas suelen vivir experiencias de mucha afectividad y sin sexo con otras chicas y los varones, experiencias sexuales sin afecto con otros varones. Y pueden decirse a sí mismos que “cuando quiera, seré heterosexual”.
    Hay quienes quedan mucho tiempo en esta etapa, manteniendo separada la identidad del comportamiento, algo más visible en los hombres. En las campañas de prevención del VIH, se reclama su atención llamándolos “HSH”: hombres que tienen sexo con hombres. De esa manera se busca acceder a individuos que no se consideran parte del colectivo LGTB y que no creen que una campaña orientada a los homosexuales tenga que ver con ellos.
    Entre las mujeres suelen darse más casos de preferencia cruzada, es decir, ellas aceptan en mayor proporción una conducta bisexual -se definan o no como tales- alternando el sexo de sus partenaires a lo largo del tiempo. Esta conducta es compatible con la heteronormatividad vigente, que pone el foco en sus relaciones con los hombres mientras que disfrutan de la famosa “invisibilidad de las lesbianas” y la mayor permisividad social ante las muestras de cariño entre mujeres.
    La aceptación de una identidad homosexual, requiere diversos cambios. Algunos tienen que ver con visualizarse a uno mismo como homosexual (da igual si es lesbiana o gay) llevando una vida satisfactoria, sintiéndose bien siendo homosexual. Otros cambios pasan por superar el temor a la soledad y al rechazo, y otros involucran a la propia conducta. Como resultado de todo esto, cada persona puede pasar por dos fases sucesivas.
    La primera es la definirse homosexual. Esta es la tarea más difícil del proceso. Cuando el modo de pensar precedente –la negación, el autoengaño- ya no resulta válido, se termina aceptando que la homosexualidad está y se quedará, por lo que debe ser integrada en el concepto de sí que cada uno tiene. Lo que hasta entonces se ponía de negativo en la homosexualidad, en lo sucesivo se coloca en las implicaciones sociales que tiene. Como en general ser homosexual est
á peor visto que no serlo, el asumirse no es tan fácil como asumir otras formas de ser, por lo que suele existir un cierto malestar personal y puede requerirse ayuda profesional.
     Toca entonces integrar la homosexualidad a la persona que uno pensaba que iba a ser. Es que en general, cada uno de nosotros no se imagina que será homosexual antes de reconocer el propio deseo sexual. Solemos ser educados por gente que pensó que seríamos heterosexuales, hayan sido nuestros padres o no, y como hemos dicho, dada la heteronormatividad vigente, quienes nos rodean suelen atribuirnos ser heterosexuales hasta que no digamos lo contrario. Cada una de esas personas nos trató en consecuencia con ello.
    En muchos casos uno debe revisar las creencias religiosas porque pueden ser poco compatibles con la nueva identidad. También es posible que elijamos seguir con una doble vida, porque consideramos que nos da las ventajas de ser homosexual sin tener que padecer los inconvenientes que parece conllevar.
    En la última fase, la tarea de integración de la homosexualidad en la persona, continúa. Si primero suele vivirse una etapa en la que se da un valor enorme a la homosexualidad, cuando cualquier opción personal está marcada por creernos homosexuales, luego la homosexualidad es puesta en un sitio más secundario. Pasa entonces a quedar limitada a los aspectos sexuales, pero ya no es el eje de lo que somos. A veces sobreviene una crítica a la sociedad por lo que tiene de homófoba, y a la vez, una demanda de aceptación que se materializa en la salida del armario.
    La sociedad nos suele proponer un modelo de mundo homosexual, que cada homosexual atisba para luego decidir si se integra en él o se mantiene fuera. Este mundo nos da un espacio donde encontrarnos con otros homosexuales, pero a su vez, nos impone unos ciertos valores y modelos de conducta que pueden no convenir a todos, y que nos condicionan.
    
Por ejemplo, dada la homofobia social que sobrevive de tiempos precedentes, los sitios de encuentro de homosexuales no son frecuentados por heterosexuales, y muchas veces, los sitios son específicos para gays o para lesbianas. Así, dan la seguridad de que quienes sean encontrados allí serán de la misma condición, y a su vez, facilita que con frecuencia, también ofrezcan un marco para practicar sexo.
    Esto aleja de hecho a muchos homosexuales de esos sitios, en tanto que atrae a otros, condicionando la percepción que cada homosexual tiene del colectivo. Ya que aunque su público sea mayor o menor, su visibilidad es enorme, al punto de erigirse como un modelo. Lo cual incide para que muchos homosexuales se crean diferentes de los demás y no encuentren con facilidad referencias válidas y alternativas para vivir su orientación sexual. Esto es especialmente sentido por aquellas personas que no tienen el tipo de cuerpo, de edad, de ropa, de hábitos de consumo, etc. hegemónico en cada establecimiento.
    A menudo, son las asociaciones por los derechos LGTB, los grupos que practican un deporte,o una afición concreta, etc., los que pueden ofrecer un marco a una socialización alternativa, algo que parece necesario fomentar, dadas las limitaciones y los efectos secundarios que produce el modelo anterior.
    Cada homosexual entonces, puede sentirse tentado a entrar en el circuito comercial de salidas propuesto en las grandes ciudades, integrarse en redes alternativas, bucear en el mundo virtual de Internet, etc. También puede mantenerse al margen de la socialización durante un tiempo, aun siendo plenamente consciente de su identidad homosexual. Su respuesta puede evolucionar, tanto al observar cambios en las actitudes hacia la sociedad, que se ve más p0sitivamente, como también hacia el entorno homosexual, con quien se permite ser más crítico. En general, aunque uno tenga que seguir saliendo del armario toda la vida, -mientras la heteronormatividad se mantenga-, el proceso de aceptación termina allí.

Mario Gatti.

Terapeuta Gestalt

Categorías
COGAM Gay Marta Pascual Mayores LGTB salir del armario sexología sexualidad Sin categorizar Visibilidad

ADOLESCENCIAS TARDÍAS

Hombres y mujeres homosexuales de diferentes edades unidos por una vivencia común, una nueva etapa en la que se encuentran que les hace sentirse extraordinariamente bien o no: su adolescencia tardía.
    ¿Qué ocurre cuando uno tiene 40 años, o 50 o 60 y decide que por primera vez se va a dar la oportunidad de ser aquella persona que en realidad es? No es que se sienta poseído por una nueva identidad sino que esa que permaneció amarrada, oculta en su interior se abre camino y siente el permiso para expresarse por fin.

    Cuando ese sentimiento llega lo hace con una fuerza imparable y ni la propia persona es capaz de frenarla. Puede que despierte por un estímulo exterior, algo ocurre fuera que te desequilibra y tomas conciencia de que el momento ha llegado. Puede ser una persona, un hecho o una experiencia vital que te lleva a plantearte qué quieres vivir y quién quieres ser… por fin.
    No importa el cómo sino el dónde nos coloca. La emoción y las ganas de vivir por fin tu identidad, de dejar de ser tu mayor desconocido y empezar a ser tú crea una activación interior que te arrolla y te catapulta al exterior. Y aquí empieza todo. Es una etapa nueva, de descubrimientos, de búsquedas y de nuevos códigos. Quieres relacionarte, conocer a tus iguales y formar parte de ellos. A la vez quieres sentir y experimentar todo aquello que tanto negaste. Sentir el deseo, expresarlo, vivir las atracciones por el otro y también los enamoramientos, preparado para todo lo que tenga que venir.
    Esta nueva etapa es un momento de revolución y de transformación vital y como todos necesita de un tránsito. A veces es vivida como el paso de un extremo a otro como quien se pasa toda su vida a dieta y un buen día se da el permiso para quitar la restricción… quiere probarlo todo, olerlo, sentirlo, digerirlo… Puede que le lleve al otro extremo, es normal el paso de un extremo al otro y puede que entonces tenga atracones e indigestiones varias… aprenderá a comer, sin duda, es un proceso que requiere de un tiempo.
    Como tal adolescencia es un momento de búsqueda de identidad y de conductas que tienen que ver poco con la razón y mucho con la autoafirmación y las emociones.
    Puede darse expresiones que tienen que ver con la exaltación, las ganas de experimentar, ensayo y error,  que se traducen en relaciones breves y cambiantes, bajo nivel de compromiso, apertura a tipos de relaciones nuevas, enganche a estímulos fuertes y excitantes, relaciones basadas en la admiración e idealización por el otro… ¿no nos suena todo esto realmente a adolescencia?
    Hombres especialmente de 40 o 50 años que empiezan su vida como gays y rompen con todo. Abandonan viejas estructuras y redes para crear nuevas que se lanzan a conocer a otros hombres, maduros o jóvenes con quienes  celebrar  la asunción de su nuevo estatus. Que no salte ninguna alarma, no creemos estados de excepción… todo lo que les está pasando es absolutamente normal. Las experiencias son regalos que nos trae la vida y por más ridículas o extremas que parezcan, todas tienen sentido.
    Tienen que ver con mecanismos adaptativos que se producen como respuesta a procesos internos muy profundos de cambio. La única dificultad puede ser que nos quedemos ahí, que nos identifiquemos tanto con esa etapa que sintamos que ese es nuestro lugar.
    Igual que la adolescencia da el relevo a la etapa adulta así entiendo que estos hombres y estas mujeres que en ella se encuentran un día pasarán a la siguiente y la recordarán con la chispa que tuvo.
Avanzar como siempre es lo importante, pero hacerlo desde lo vivido y experimentado, sin negar nada y aceptando cada tiempo como viene y con lo que nos ofrece.
    Cuando pase la agitación y la tormenta llegará la pausa y el cielo abierto para crear nuevas relaciones, nuevos vínculos y para sentir que estamos en nosotros y que estamos realmente vivos. Adelante con ello.
Por Marta Pascual – Sexóloga y Psicóloga
Espacio Sexológico
Perfil Facebook
Categorías
Bisexuales diversidad F26D Federico Armenteros Gay Lesbianas Mayores LGTB Rebeca Inut sexualidad Sin categorizar transexualidad Visibilidad

CENTRO SOCIO-EDUCATIVO DE MAYORES LGTB

    En momento de falta de proyectos ilusionantes, donde pareciera que estamos en las trincheras resistiendo que pase el chaparrón y que podamos salvar algo de la quema, la llegada de aire cálido, fresco y amable nos anima y sobre todo nos hace pensar, acercarnos para comprobar si es real, impregnarnos de su espíritu y salir con nuevas fuerzas.
    La apertura de la Sede Social de la Fundación 26 de Diciembre, está siendo un acontecimiento importante para todo el colectivo LGTB-H. Esta situación nos colma de alegría al demostrar que todavía hay gente buena y con ganas de cambiar el mundo, una tarea ardua y compleja pero que, pasito a pasito, algunos locos/as lo consiguen. Aquí viene la frase de nuestro Constantino Cavafis:
 “Solo quien tiene sueños tiene la posibilidad de poder verlos realizados.”
    Si era un sueño, un sueño que empieza a despertar, a pasar del mundo del deseo al mundo real; el poder disfrutar de los sueños darles formas, acunarlos, darles nombres……….momentos que te llenan de satisfacción, porque no estábamos locos como te decían, éramos unos ilusos…..pobrecitos……….en estos momentos no somos importantes………dedicaros a otra cosa…….pero con eso ya se contaba. Toda idea, proyecto que no se ajusta a la norma, es como si estuvieras nadando contra corriente, como si  te ponen palos en las ruedas.
    El disponer de un espacio independiente sí que te hace libre, libre y responsable a la vez. Un espacio de construcción, abierto donde podemos planificar, diseñar, pensar, discutir, preparar como queremos que este sea. Participar es la palabra clave, somos parte activa y entre todas y todos vamos a construir un lugar de activismo, visibilidad, creatividad, ayuda mutua, de respeto de proyección, un espacio que nos va a representar, un lugar para educar, encontrarnos y es curioso que sea de mayores, esas personas que se nos condenaba a esperar “el último viaje” como nos dice Machado, nos juntemos y con esas pocas fuerzas, la pongamos al servicio de lo común y consigamos todo un vendaval, que descoloque ideas, pensamientos y murallas construidas por la ignorancia.
    Tampoco es extraño que estas generaciones de personas mayores retomen esas fuerzas, pues lo han vivido ya en sus carnes: lo malo,  la persecución, el miedo, la cárcel, el armario…….; y lo bueno: la ilusión, los cambios, los derechos, la participación en el proceso de cambio social, el saber de primera mano la fuerza que podemos tener si nos unimos si tenemos proyectos, sueños, ganas de dejar huellas, de decir que he vivido y quiero seguir viviendo, participando, aprendiendo, creciendo como persona que soy, para conseguir aquella felicidad que durante siglos nos han intentado robar, poniéndola en otro lugar y no, sabemos que está aquí.
    Estamos construyendo la felicidad, sí, una felicidad del día a día, el tener una mano amiga que te ayuda a destruir la soledad obligada, un espacio para compartir, acoger, apoyarnos y aprender. Si eso va a ser este  espacio que, como hay que ponerle nombre le llamaremos Centro Socio-Educativo de Mayores LGTB-H, ahora falta el apellido y esperamos que algún mecenas nos ayude económicamente a acelerar el proceso que ya está en marcha.
    Tener un espacio donde nos encontramos, compartimos desayunos, charlas, comidas, actividades, organizamos campañas, trabajamos las artes escénicas, recuperamos a compañeras y compañeros que fueron pioneros y abanderados de la visibilidad de nuestra orientación sexual y de género, que tuvieron que pagar un alto precio y que nos siguen entregando su saber hacer, cantando, bailando y contando que es un lujo ver como se arrancan a cantar y nos ofrecen todo su arte, y ahí  es cuando  se nos pone la carne de gallina y le damos nuestros más intensos y agradecidos aplausos, esos aplausos que hacía mucho tiempo que no escuchaban.

    Esta nueva experiencia depende de todas y todos nosotras en que llegue a buen término, implicándonos, según nuestras posibilidades, en una palabra: apoyándola. 
Por Federico Armenteros
Presidente de la Fundación 26 de Diciembre
http://www.fundacion26d.org/
Categorías
Bi bifobia Bisexuales COGAM contranatura diversidad Gay Inform Isabel Portero sexualidad Sin categorizar Visibilidad

Bisexualidad: una visión personal

La bisexualidad entró en mi vida bastante tarde y ha sido un reconocimiento a mi propia historia personal. Cuando me descubrí bisexual, todo cuadró de repente y me sentí en paz. Es bastante habitual, por lo que he visto hablando con otr@s bisexuales y por mi propia experiencia, el haber sentido confusión al intentar por todos los medios adaptarte a la norma ya sea heterosexual u homosexual. Yo “he sido” hetero y homo en varias fases de mi vida y esto fue un gran problema para mí, de forma que en cierta manera introyecté muchas opiniones bifóbicas que nos rodean constantemente: esto es inmadurez, no eres una persona seria, estás descentrada etc…


Hace dos años, leyendo artículos sobre la orientación sexual, de repente comprendí que estaba intentando reducir al absurdo mi propia emocionalidad e instintividad. No tenía que escoger. Es más, hoy en día pienso que el hecho de tener que escoger una etiqueta de las que se vienen utilizando no es un “proceso natural” en sí mismo. Las etiquetas no son más que palabras que definen conceptos en una determinada escala social y antropológica, no son fenómenos de la naturaleza. Es más una consecuencia de nuestra necesidad de nominar los fenómenos naturales y clasificarlos dentro de categorías para poder controlarlos, aunque sea intelectualmente. Pero se debe ser consciente de que en este proceso se reduce y se  simplifica la realidad de la vida. Por ejemplo, las etiquetas hetero y homo son muy reduccionistas y dicen poco de las personas implicadas en una relación, porque sólo aplican al sexo biológico de quienes se emparejan. Es mucho más importante qué tipo de personas son, qué roles asumen dentro de la pareja, qué estilo personal desarrollan dentro de esa unión. Estamos poniendo el foco en el lado equivocado al fijarnos tanto en el sexo biológico de las parejas y menos en el fondo de las personas que las constituyen, la dinámica que las construye y el motor emocional que las mueve.
Hace ya más de 50 años que Kinsey propuso el continuum de la sexualidad humana y todavía andamos así, intentando explicar algo tan rico y complejo en código binario de ceros y unos. En mi opinión, el problema de base viene de que dicha simplificación se ha buscado ex profeso desde tiempos inmemoriales por diversas razones sociales y políticas. Por el contrario, pienso que la sexualidad humana debe compararse con otros fenómenos plenamente “humanos” como el lenguaje o la inteligencia conceptual. Sobre estas bases, he explicado un modelo de sexualidad humana en varios foros LGTB de las Universidades en Madrid. 
 
 
La historia de la descripción de la inteligencia humana se parece bastante a la de la sexualidad. No hace tanto, pongamos 30 años, en los colegios españoles se hacían “test de inteligencia” a los niños, que salían del invento con una etiqueta para toda la vida llamada cociente intelectual. En este caso, las categorías no son homo/hetero sino que el numerito se traducía socialmente en: tonto, medio tonto, normal, listo, superdotado. Ya solo leerlo, con nuestros ojos de siglo XXI, resulta horripilante. Por suerte, Coleman y otros han explicado que la inteligencia humana no puede reducirse a una categoría, definida por un número, que proviene de un test que se hace un día. La inteligencia humana es un fenómeno diverso (no hay una sola inteligencia), todas las personas disponemos de varios tipos de inteligencias a la vez y, además, dichos talentos se desarrollan con el tiempo. En el desarrollo de la inteligencia influye también, como es bien sabido, el entorno social y familiar, la historia del individuo con las oportunidades o desgracias que ha vivido, y finalmente su forma de relacionarse con el mundo y con otras personas. Muy parecido a lo que sucede con el mundo emocional y sexual. Lo contranaturasería suponer que los seres humanos, que se caracterizan por esta multiplicidad de talentos desarrollándose de forma diversa y plástica a lo largo de la vida, sean monocordes e inmutables en las emociones y la sexualidad. Pienso que esto implica una contradicción tan fundamental, que urge explicar que las personas somos mucho más que las categorías y las perogrulladas con las que muchas veces nos intentamos identificar.
 
 
En este sentido, la mal llamada bisexualidad(porque el nombre se basa en un modelo binario reduccionista), puede servir al mundo como la punta de lanza para explicar una visión del hombre y las relaciones afectivas completamente nueva, abierta y enriquecedora. En definitiva, más real.
Por Isabel Portero
BLOG Isabel Portero

 

Categorías
aceptarse homosexual acoso escolar Bi bifobia Bisexuales ciberacoso cine LGTB COGAM Coloquio creyentes LGTB Cristianos LGTB delitos de odio denunciar Derecho a decidir derechos Derechos LGTB Derechos_Humanos desigualdad de género desmovilización LGTB Día de la Mujer diversidad Educación Espiritualidad FELGTB Gay Gay Inform Gestación subrogada Grupo Bisexuales de COGAM HIV homofobia homofobia en las aulas homosexualidad Información_LGTB Jóvenes lationoamerica LGTB Lesbianas LGTB Línea Lesbos Mayores LGTB mundo rual Nexus Ocio Orgullo Plurisexualidades Programa LGTB de la Comunidad de Madrid salir del armario Senderismo sexología sexualidad Sin categorizar Taller de Teatro COGAM Trans Transexuales transexualidad transfobia triángulo rosa UIG Violencia intragénero Violencia parejas mismo sexo Visibilidad Voluntariado

Servicio Información LGTB+

En el servicio de Información de COGAM te entendemos, te escuchamos y te ayudamos a encontrar información sobre cualquier cuestión LGTB como orientación sexual, identidad de género, ayuda psicológica, salud, VIH, ITS, familia, matrimonio, homofobia, asilo, asociaciones o voluntariado. Es un servicio totalmente confidencial y gratuito.
Si es necesario, y pensando en lo mejor para ti, te derivamos a otros grupos, asociaciones o servicios. Además te damos cita para nuestras asesorías (gratuitas)

¡Ponte en contacto con nosotros!

 

 

Ahora también abrimos los sábados de 18 a 20.

(+34) 915230070 –  WhatsApp 602252243   informacionlgtbcogam.es
¿QUIÉNES SOMOS?
El Servicio de Información LGTB+ de COGAM lo formamos unos 25 voluntarios/as con experiencia y formación continua sobre temas LGTB. Atendemos unas 3.000 consultas al año, no sólo de Madrid, también de otras provincias de España y de otros países.
Puedes ver aquí nuestra Memoria 2019 Información LGTB+ de COGAM
¿QUÉ OTRAS CONSULTAS ATENDEMOS?

  • Te informamos sobre las actividades y grupos de COGAM para conocer gente como tu o dónde hacer voluntariado.
  • Si quieres ver los temas más frecuentes sobre los que solemos recibir consultas en el servicio de información LGTB+ pincha aquí.

¿TE HEMOS ATENDIDO YA?   
Si es así, por favor, valora nuestra atención en el siguiente formulario.
¿QUIERES SER VOLUNTARIO?

  • En el servicio de información necesitamos personas con habilidades sociales y empatía para entender las problemáticas y cuestiones de otras personas LGTB además de ganas de ayudar
  • Compromiso:  los turnos son de dos horas semanales por las tardes y tenemos reuniones / formación una vez al mes.
  • Formación: antes de empezar a atender pasarás unos meses en formación.

Si quieres ser voluntario rellena el siguiente formulario.
Estamos en:

+Info: informacionlgtbcogam.es  (+34) 915230070  WhatsApp 602252243